¿De qué hablamos? Introducción a los JdR


Llevamos unas cuantas entradas hablando del proyecto de Code Bermillia. Hemos dado algunos detalles sobre ambientación, otros sobre sistemas y unos cuantos sobre el proceso de creación del juego. A muchos de vosotros el lenguaje empleado os resultará familiar, pues es el mismo que puede leerse en cualquier manual de rol que tengáis por casa, pero ¿que ocurre con los que no están familiarizados con estos términos? Para aquellos que llegados a este punto no hayáis entendido ni una sólo palabra o sólo unas pocas pretendo hacer una pequeña introducción al tema que tratamos: los juegos de rol.

Un juego de rol, como su propio nombre indica, es primeramente un juego, tal y como podríamos decir lo mismo de un partido de fútbol o una partida de monopoly, por tanto el objetivo de todo juego de rol es pasar un buen rato en compañía de los amigos o de gente que venga con las mismas ganas de pasarlo bien. Por otro lado es un juego de rol, es decir, es un juego donde cada jugador interpreta un papel (un rol) como si se tratase de una obra de teatro. Tal vez el nivel de interpretación no llegue a esos niveles, pero sería lo ideal.

Los juegos de rol en esencia tienen pocas reglas a seguir. Por lo general cada participante o jugador tiene uno o más personajes (llamados pj's) que debe interpretar, mientras que un director de juego (o DJ) se encarga de presentar las situaciones para que los jugadores decidan el curso de acción que tomarán sus personajes. Es habitual también que cada jugador cuente con una hoja de papel donde incluye los datos de su pj y donde va escribiendo detalles relevantes de lo que va aconteciendo a lo largo de la partida (a esta hoja le llamamos ficha de personaje).

Otro detalle casi omnipresente en todos los juegos de rol (o JdR para abreviar) son los dados. Mientras que en muchas ocasiones basta con interpretar tu papel para superar ciertos problemas, existen situaciones en las que las probabilidades de éxito dependen de factores ajenos al pj. Para situaciones donde el azar decide el futuro de la acción el jugador o DJ echa mano de los dados. Dependiendo del tipo de juego los dados pueden ir desde los tradicionales dados de 6 caras (o d6) hasta los dados de 100 caras (d100) pasando por gran cantidad de especies distintas. El tipo de dado variará según tipo de juego.

El fenómeno de los juegos de rol es algo reltivamente reciente. El concepto tal y como lo hemos presentado aquí nace durante los años 60'-70', con la publicación del primer manual de rol: Dungeons & Dragons (D&D). Desde entonces y con la ayuda de la explosión de los medios de comunicación y la globalización este tipo de juego ha visto despegar su número de aficionados de manera espectacular.

Un juego de rol suele presentar a sus jugadores varios aspectos por los cuales decidirse. Por un lado tenemos la llamada ambientación. La ambientación es, por decirlo de alguna manera, el escenario del juego. Podemos encontrar desde juegos donde debamos sobrevivir a un ataque extraterrestre con nuestras pistolas de plasma hasta juegos donde podamos encarnar a un senador romano durante la Pax Romana. Las posibilidades son práticamente infinitas, sólo limitada por la imaginación de los autores. De todas las ambientaciones las más populares durante los últimos años son las de estilo medieval-fantástico y épico-fantástico. En ellas los pj's son aventureros que recorren un mundo medieval luchando sin descanso contra monstruos y hechiceros en busca de fama y riquezas. El máximo exponente de este género sigue siendo a día de hoy Dungeons & Dragons (recién publicada 4ª edición) y sus distintas ambientaciones.

Otro aspecto que nos trae cada JdR es su sistema, lo que podríamos llamar las reglas del juego. Mientras que algunos JdR poseen sistemas tan sencillos como tirar 1d6 (un dado de 6 caras) cada vez que el personaje se enfrente a un reto otros pueden fácilmente rellenar cientos de páginas con reglas de toda clase. El realismo o credibilidad presentada en un JdR no tiene necesariamente que acarrear por ello cantidades ingentes de reglas. Muchos de los sistemas de juego más populares suelen denominarse mediante el dado que utilizan utilizándolo como su característica definitoria. Así podemos encontrar el sistema d20, el sistema d10, el sistema d100 o el sistema Fudge (con su particular dF). Cada sistema pone énfasis en distintos aspectos de la vida y el quehacer de los pj's. Algunos centran sus esfuerzos en la representación de combates de capa y espada realistas y rápidos, mientras que otros prefieren describir con mayor detalle las relaciones diplomáticas entre los pj's y un agente de la mafia. Nuevamente el sistema más utilizado desde el inicio del fenómeno rolero es el d20, sistema utilizado por D&D y por otros muchos juegos de renombre. Algunos de estos sistemas son de licencia libre (o sin licencia) mientras que otros no, esto se traduce en si tenemos o no libertad para crear nuevas ambientaciones basadas en esos sistemas de juego. C.B., por ejemplo, tiene por el momento 3 sistemas viables, todos de licencia libre.

Los juegos de rol en sí mismos son una diversión sana y educativa. Esta clase de juegos sustituye el tradicional concepto de competición presente en otros jueos (donde sólo gana uno o unos pocos) por el de colaboración. Los jugadores deben colaborar entre sí para superar los retos a los que se enfrentan sus personajes. No hay solo un ganador en un JdR: o ganan todos o ninguno. La victoria dependerá del trabajo en equipo. Un JdR potencia la capacidad interpretativa de los jugadores, estimula su imaginación, su empatía con formas de pensar y de vivir distintas a la suya y favorece el compañerismo con los demás jugadores.

Aunque con ciertas limitaciones los juegos de rol son una afición muy recomendable para cultivar desde pequeños, en especial en los años de mayor capacidad creativa y de aprendizaje. Como es lógico, la clase de juegos debe ser vigilada y escogida con cuidado por los padres (muchos JdR tocan temas demasiado escabrosos o complejos para un niño), pero existen muchísimas alternativas en el mercado adaptadas a todas las necesidades con las que los más pequeños pueden pasar un buen rato en familia o con los amigos.

La mala fama a raíz de ciertos sucesos relacionados con los JdR (una farsa bien montada en la mayoría de los casos) siguen siendo una carga para la expansión de esta afición. La opinión popular de que los JdR crean asesinos y gente antisocial es una opinión totalmente infundada, pero aún así sigue en la mente de la mayor parte de las personas (en especial en la de los padres con hijos que juegan a estos juegos). Esperemos que este lastre desaparezca pronto y deje de generar temor y prejuicios. Los JdR, como todo, no son malos, pero no es conveniente abusar de ellos.

A grandes rasgos hemos tocado un poco de todo en lo relacionado con el mundo del rol. Si bien espero que con esto quede todo claro respecto a los términos utilizados, si necesitáis que profundice o explique de manera más clara algún punto estaré encantado de hacerlo.

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